Desasosiego

Ana Lucía Navarrete Rosas

Yo veo un  rostro de vos en todo el pinche cielo, un rostro de vos en el agua y en el pasto, un rostro de vos hasta en mis sueños, como le pasa a Benedetti.

Mi soledad tan desolada se ha convertido
en una soledad patética, patética porque
a donde volteo hay rostros de vos, no puedo ver más allá de lo que fue, no puedo dejar de sentir coraje y miedo de encontrarme con un rostro de vos como tú.

Tal vez no es miedo,
tal vez es necesidad,
necesidad de encontrar
un rostro de vos
en alguien más.

Un rostro de vos para no sentirme ajena, para no sentirme extraña,
para no sentir que jamás te fuiste y
volver a sentirme viva.

Tu ausencia me ha dejado vacía,
me ha regresado al ensimismamiento
en el que nací.
Tu ausencia me ha sumido
en una situación de auto encierro
de la que no puedo salir.

Estas constantes apariciones de
rostros de vos vuelven ese ensimismamiento y ese auto encierro en un infierno, un infierno en el que todos los días maldigo la hora en la que te conocí.

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